La enseñanza general en Cuba acoge a niños con necesidades educativas especiales. La inclusión se perfila como reto para las escuelas.

A los dos años el niño tenía un vocabulario muy reducido, y luego también. En ese momento lo llevamos a todos los lugares donde era posible estudiar si se trataba de autismo, pero entonces la visión que había sobre ese tema en Cuba era muy reducida. El diagnóstico le llegó con 12 años.