Clara muestra de que el folclor hispano-afro-cubano se extiende por Europa y, en particular por países
escandinavos, es la presencia en Matanzas de 26 jóvenes procedentes de Dinamarca con el objetivo de
aprender y luego expandir en esas lejanas tierras de palacios reales, las danzas, música y el canto llegados desde Cuba, donde también aprenden a tocar los instrumentos afines a las composiciones sobre este arte.