Cada 12 de mayo se celebra el día de esos profesionales tan abnegados como la enfermera Tamara, jornada internacional de la enfermería. Foto: De la autora.

La enfermería es una labor que requiere, ante todo, humanismo; y que en disímiles ocasiones se subvalora. Tamara es enfermera desde hace más de 20 años. Asiste a la posta médica del Consejo Popular Ceiba Mocha en Matanzas, su centro de trabajo, solo en los turnos de guardia; pero está dispuesta a poner en práctica sus conocimientos las 24 horas, siete días por semana.

El ministro de Salud Pública cubano, José Ángel Portal Miranda, y Alena Douhan, relatora especial del Consejo de Derechos Humanos sobre las Repercusiones Negativas de las Medidas Coercitivas Unilaterales para el Disfrute de los Derechos Humanos, conversaron sobre las principales afectaciones que el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos produce en el sistema sanitario de Cuba.


El Día Internacional de la Enfermería, que cada 12 de mayo se dedica a las mujeres y hombres profesionales de esa hermosa y sacrificada carrera, será conmemorado en Matanzas con una Jornada que se extiende del primero de este mes hasta el 3 de junio próximo.

La licenciada Magalys Vera Fred, jefa de Enfermería en funciones en la provincia, en la que también ejerce como asesora principal, informó en exclusiva para Girón de las disímiles actividades relacionadas con la efeméride, como las Jornadas Científicas Materno-Infantil en los hospitales dedicados a tales menesteres, o sea, embarazadas y niños, en los que presentarán ponencias relacionadas con las diferentes atenciones que allí se brindan a pacientes.

Ya está aquí el episodio de Mujeres Al Sur: "Médicas".
Antes, muchas mujeres se vestían de hombre para estudiar medicina. No fue hasta el siglo XIX que pudieron acceder a las universidades. Fue así como la chilena Eloísa Díaz, se convirtió en la primera Médica en Latinoamérica, al titularse de cirujana en el año 1887.
El capítulo de hoy está dedicado a esas profesionales, que salvan vidas en las comunidades ancestrales, los barrios pobres y en situaciones de desastres.

Lo masculino siempre se ha asociado al dominio o la fuerza. Si bien no es intención de este trabajo abordar el trasfondo antropológico de tales ideas, no está de más aclarar que se apoyan en tabúes que reproducen la imagen conservadora del hombre como “sexo dominante”: gran proveedor familiar o “eslabón fundamental” de la vida en sociedad.