“Yo fui brigadista Conrado Benítez. En la reunión grande que hizo Fidel, él preguntó: ¿y ahora qué tienen que hacer? A lo que todo el mundo contestó: ¡estudiar y trabajar! Entonces me decidí por enfermería, porque era una de las carreras que se ofertaban. Vi cómo las enfermeras trabajaban y ayudaban a los demás, y quise ser como ellas. Me convertí en la primera de mi familia”.
Así inició el andar de Eridania Sánchez entre cofias, inyecciones y vidas salvadas. Su constancia de superación y entrega, extendida por cerca de seis décadas, seguirá in crescendo mientras el tiempo lo permita.