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Mauerfall, donde todos estuvimos aquella noche

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Cathrin cuenta que antes todo era muy seguro, no tenía tantas preocupaciones, ni mucho dinero, pero siempre le alcanzó para vivir bastante bien. Foto: Susana Tesoro/Cubadebate

Lo que para los alemanes es una sola palabra: Mauerfall, para los hispanohablantes son tres: Caída del Muro. Cathrin Wildanger es una de las alemanas que cruzó el Muro la madrugada del viernes 10 de noviembre de 1989, y lo hizo sólo para ver qué había del otro lado.


La caída del Muro de Berlín, según afirman los manuales más ortodoxos, tuvo su antecedente en una revuelta popular producida en la capital de Alemania Oriental, Berlín Oriental, el 9 de noviembre de 1989. Como consecuencia de aquella protesta quedaron derribadas las fortificaciones defensivas que separaban Berlín Occidental de Berlín Oriental.

No cabe dudas de que fue un acontecimiento trascendente en la historia mundial, pues marcó el fin de la llamada Cortina de Hierro, que según la describió Gabriel García Márquez: “ni era cortina, ni era de hierro, era un palo pintado de blanco y rojo como el de las barberías”.

La caída de la frontera de Alemania Oriental con Alemania Occidental tuvo lugar en pocas horas. Tal acontecimiento puso punto final a la Guerra Fría, fue proclamado en la Cumbre de Malta tres semanas más tarde, y dio lugar a la reunificación oficial de ambas Alemanias 11 meses después.

¿Qué pasó ese día? ¿Cuáles beneficios consiguió la gente de a pie? ¿Pudieron conjugar la ansiada libertad con la calidad de vida soñada? ¿Cuál es la situación actual de un alemán “llano”, ese que vive de un empleo?

Noche, madrugada y varios dias estuvieron los alemanes de RDA, cruzando a RFA, interesante sería conocer el futuro de esos niños que ahora tendrán más de 40 años. Foto: Museo del muro

Algunas de estas interrogantes nos las comenta Cathrin Wildanger, una de berlinesas que cruzó el Muro la madrugada del 10 de noviembre de 1989.

_ ¿Cómo recuerdas aquella noche?

_Fueron días muy extraños, desde meses anteriores hubo muchas manifestaciones reclamando. Todos los lunes se hacía una protesta popular en contra del gobierno. Era muy evidente y generalizada la oposición al régimen socialista, la inconformidad creció mucho, la gente ya no quería seguir viviendo así. Pero todo pasaba en medio de una normalidad y según creo, nadie esperó nunca la caída del muro tal y como ocurrió.

“Esa noche yo estaba en mi casa, escuchando la radio con una amiga, y como a las 10 empezaron a decir que estaban cruzando el muro hacia el oeste solo con presentar el pasaporte o el carné de identidad. Pensamos que era un cuento de hadas, que eso no podía ser, pero continuaron explicando cómo muchas personas estaban cruzando el muro, que no era peligroso, ni ponían ninguna restricción, y como a la media noche salimos hacia la estación de trenes en Bornholmer Strasse y cruzamos el muro.

“Recuerdo que el gobierno, horas antes había hecho una reunión, y un político llamado Guenter Shabowski, portavoz del gobierno de la RDA, dio una conferencia de prensa donde dijo que se facilitaría la salida a los alemanes que quisieran viajar fuera del país a cualquier sitio.

“Los funcionarios tenían la intención de introducir los cambios al día siguiente, pero cuando se le preguntó acerca de la apertura hacia la RFA, Schabowski dijo: "Esto ocurre, que yo sepa... inmediatamente... sin demora", y le tomaron la expresión al pie de la letra. Eso provocó que miles de personas se fueran hacia el Muro, exigiendo a los guardias que abrieran las puertas”.

La euforia popular hizo que cada cual atacara el muro a su manera. Foto: EFE

_¿Cómo cruzaron? ¿Subieron por una escalera?

-No, en ese lugar no había muro. Presentamos nuestro carnet ante una garita, subimos a un ómnibus, había allí muchos omnibus, y en breve, en poco tiempo, ya estábamos en Berlín Oeste. No sé si había un cerco, algo parecido, o nada. Así pasamos hacia la Alemania Occidental

_ ¿Qué viste, era algo muy diferente de lo que veías en la RDA?

_Lo primero que vimos fue todo igual, casas como las de aquí, edificios como los de aquí, todo el mundo estaba durmiendo.

“Ya en el centro si vimos diferencias en cuanto a vidrieras, negocios, servicios. Vimos en exhibición cosas que nunca habíamos visto, muchos equipos eléctricos y ropa más moderna y bonita.

“Nos acogían bien, en un lugar nos dieron un café sin costo. Luego de algunas horas, regresamos. Llegué a mi casa a las 5 de la mañana para irme a trabajar”.

_ ¿En qué trabajabas?

_Era profesora, impartía clases a niños, en el curso de sexto grado.

_ ¿El colegio funcionó normal con toda aquella algarabía del muro abierto?

_ Si, estaba funcionando, pero había muy pocos alumnos, porque fue mucha la gente que viajó hacia Berlín Oeste.

“Yo tuve que ponerme agua fría en la cara, estaba medio dormida, había pasado toda la noche en aquel trajín...

“Los padres de los alumnos me enviaron disculpas por las ausencias diciendo que estaban enfermos y yo les dije: no tienen que mentir, porque yo sé dónde estuvimos todos anoche.

_ ¿Qué pasó después?

_Después todo muy raro. El colegio siguió normal, fue pasado más o menos un año, que comenzaron a cambiar las cosas. Sustituyeron a casi todos los jefes. Lo hicieron todo de forma muy inteligente, reunieron a los maestros y los cambiaron de puestos de trabajo o de escuela. Llegaron gentes del Oeste a sustituir esos directores. El colegio nunca volvió a ser el mismo.

“Porque en la RDA todos los colegios eran de un mismo tipo, pero luego eso cambió. Yo opté por un tipo de escuela con un sistema más parecido al que teníamos en la RDA. En fin, que fui a otro colegio con otros alumnos y otros compañeros de trabajo. Ya eso no fue agradable”.

La huella del Muro persiste en Berlin, caminas por diferentes lugares y de repente tropiezas con una señalética como ésta que vimos en la Plazoleta de la Puerta de Bradenburgo. Foto: Susana Tesoro/Cubadebate

_ Estuve aquí, en la RDA como periodista, dos años antes de la caída del muro, y todo me parecía muy bien, incluso me impresionó el alto nivel de vida. ¿Qué les faltaba a los alemanes que yo no pude ver en mi breve visita?

_ Siempre hablo en general, mucha gente quería viajar libremente, y lo encuentro razonable, porque todos tenemos una vida y queremos aprovecharla. Eso no gustaba, sentíamos que nos faltaba autonomía.

“La mayoría pensaban que, con esa libertad, tendrían dinero para viajar y hacer lo que quisieran, que estarían entre los ricos que veían en las propagandas. Muy pronto se dieron cuenta de que no era así. Hace falta mucho dinero para eso.

“Había mucha desconfianza hacia el gobierno. En mi familia todos somos izquierdistas fieles, y sentimos también aquella desconfianza, eso lo sentía mucha gente. Porque se decía: es una dictadura del pueblo, pero el pueblo no participaba en las decisiones, y lo otro era lo del único Partido, no se permitía disentir acerca de lo que indicaba el Partido. Eran muchas cosas con las que no estábamos de acuerdo, pero viéndolo desde la perspectiva de ahora: eran muchas tonterías, porque todo eso que quiso la gente de una mejor vida, viajar, tampoco lo pudieron lograr después de la unificación.

“Considero que, si se hubiesen hecho cambios, desde una óptica socialista, este país tendría otra situación. Si la RDA hubiera tomado el mando, quizás estaríamos mejor, porque no fue una reunificación, fue la absorción de la Alemania del Este por la Alemania Occidental”.

_ En tu opinión, ¿qué les faltaba en la vida cotidiana?

_ En comparación con Cuba, por ejemplo, nunca fue así, aquí no faltaba nada, no conocimos ese tipo de escasez.

“Pero, por ejemplo, un ciudadano construía una casa y se le dificultaba encontrar algunos materiales viendo que a unos pocos kilómetros había de todo, en el suelo del mismo país sin poder obtenerlo. Lo otro era no poder viajar”.

_ ¿Por qué no podían viajar?

_No nos permitían visitar países capitalistas, sólo a países socialistas. Pero si soñabas con ir por ejemplo a Canadá, a Perú, o a Estados Unidos, no podías. Daban la posibilidad a algunos jóvenes, hacían la solicitud y tenían que esperar años, y quizás no te daban el permiso de salida. Además, no podías viajar con tu pareja, o con familiares cercanos, para que no se quedaran a vivir fuera. Tenías que demostrar que eras una persona confiable a sus ojos, dar la certeza de que ibas a regresar.

_ ¿Cuál era la explicación para impedirles viajar a países capitalistas?

_Dijeron que no había dinero para eso, era algo tonto para justificar la realidad: que no confiaban en la gente, o quizás para que no viéramos lo que era el capitalismo.

“Yo soñaba con ir a Perú, quería ver el Machu Pichu, lógicamente hubiera vuelto a mi país, pero no confiaron en mí y eso no me gustó".

_ Luego de la reunificación, ¿Pudiste ir a Perú?

_No, porque salí de Alemania para trabajar en Latinoamérica, e hice lo que hacemos todos, cogía mis vacaciones para venir a ver mi familia.

_Dices que fuiste profesora, ¿Existe diferencia entre la enseñanza de la RDA y la de hoy día?

_ Pues sí, aquella era gratuita y de mayor calidad

_¿La educación se paga ahora?

_ Existen muchas escuelas públicas y gratuitas, pero la calidad de la enseñanza y de todo lo demás, ha descendido bastante, los padres que pueden pagar llevan sus hijos a escuelas privadas

“Estuve trabajando en un colegio privado durante los últimos 4 años que me desempeñé como profesora, y considero que era un buen centro de enseñanza en cuanto a la calidad y la disciplina.

“La educación y la salud eran muy buenas en la RDA, y gratuitas. Yo estudié en la Universidad y me daban dinero, un estipendio cada mes. Nos daban 100 marcos y la estancia en un albergue costaba 10 marcos. Todo era muy seguro. No tenía preocupaciones, ni mucho dinero, pero siempre me alcanzó para vivir bastante bien. Podía hasta darme algunos gusticos. No es como hoy que vemos el futuro muy incierto".

_ Los que se molestaban por no poder viajar, ¿Tenían dinero para eso?

_ No se puede generalizar, pero creo que la mayoría no se podía costear esos viajes. Mi familia siempre iba de vacaciones cada año, porque había organizaciones que tenían hoteles o cabañas a las que iban los trabajadores. La fábrica de mi padrastro tenía unas instalaciones magníficas para los trabajadores, íbamos al campo con toda la familia a un sitio de estos y pasábamos lindos días de recreo”

_ ¿Y ahora?

_ Ahora ni siquiera eso, pues tenemos la libertad, pero no tenemos el dinero, y no hablo de pandemia, ni de crisis económica actual, desde antes fue así. Y yo no quería ese tipo de libertad.

_ Deduzco por lo que me cuentas, que el cambio fue demasiado rápido, y que las declaraciones del portavoz de la RDA dieron pie para facilitar que la RFA absorbiera a la RDA. ¿Fue así, o me equivoco?

_Desde mi punto de vista y el de las personas que conozco, no quisimos una reunificación, sino que pudiéramos relacionarnos entre un país y otro, que pudiéramos visitarnos, comprar allí lo que no había aquí.

“Pero en las manifestaciones de los lunes, donde se protestaba contra las arbitrariedades del gobierno, se habían metido gentes de la Alemania Federal. En aquellos mítines se repetía: “Nosotros somos el pueblo”, Y luego lo cambiaron por: “Nosotros somos un pueblo”, no sé si captas el sentido, era para referirse a la unión de los pueblos de los dos países en uno solo”.

_ ¿Es cierto que en la Alemania Democrática hubo expropiados de sus viviendas por los antiguos dueños de edificios, negocios y otros sitios que llegaron de la Alemania Occidental?

_ Si, en muchos casos ni siquiera vinieron los propietarios, enviaron la carta de un abogado, donde decía que a partir de tal fecha, debían abandonar ese terreno para que fuese ocupado por los dueños verdaderos y no estuviera en manos de los ocupantes “falsos”.

“Muchas personas tuvieron que sacar de esos terrenos todas sus pertenencias, demoler sus casas y cortar hasta los árboles, dejar el terreno plano, y todo ese trabajo tenían que pagarlo ellos. O sea que además de quedarse sin nada, debían gastar en dejar el terreno liso. La orden era dejar el terreno como lo encontraron".

_ ¿Y adonde fueron a vivir esos desalojados?

_ A casas de familias, agregados, a otras que pudieron alquilar, ni quiero recordar aquella situación tan terrible.

“Mis abuelos tuvieron suerte porque pudieron quedarse en nuestro terreno. Pero muchos tuvieron que empezar de nuevo. Pasamos a aquello que nos decían: ‘el país es propiedad del pueblo’ a: ‘no tienes derecho a nada que no puedas pagar’.

“Los que estaban en propiedades del Estado les dieron 100 marcos para que se fueran y el resto se vendió a la Alemania del Oeste que era al final quienes tenían dinero.

“Vendieron todo: negocios, industrias, era como borrar lo anterior, y no éramos malos produciendo desde la agricultura hasta las industrias más adelantadas. Teníamos aquí una fábrica de televisores de la firma Samsung, muy buena, y la vendieron por un euro, porque decían que peor era enfrentar a la competencia.

"La industria de la RDA murió, y teníamos todo un capital humano calificado en la industria, y muy buenas fábricas.

“Existía una organización de la Alemania Occidental, llamada la Treuhand, encargada de hacer todos esos negocios, para comprarlo todo por un precio extremadamente barato. También los sitios de vacaciones que eran para los trabajadores fueron comprados. Su objetivo era borrar todo lo del Estado que beneficiara a los obreros.

“No podemos olvidar la cantidad de personas que quedó sin trabajo, el desempleo subió. Y todos esos sueños de viajar y de tener oportunidades para una mejor vida cuando no hubiese muro, se esfumaron.

“Centrados en la propaganda anticomunista, muchos pensaron que, si se acababa el socialismo, íbamos a acabar con todas nuestras penurias económicas y seríamos todos ricos".

_ ¿Qué pasó con los funcionarios del gobierno de RDA? ¿Los detuvieron? ¿Los exiliaron?

_Algunos funcionarios fueron apresados, la mayoría perdió sus trabajos y los del ministerio del interior, eran menospreciados, no siempre con causa, pues no todos espiaban. Una vez hicieron una lista de funcionarios y la publicaron en un diario para exponer a toda esa gente, y eso a mí no me gustó.

“En la familia de mi cuñada había algunos altos funcionarios de la RDA, tuvieron que empezar de nuevo, y durante años les fue bien difícil ganarse la vida pues en casi ningún lugar los aceptaban”.

_Sobre la calidad de la salud pública actual, quisiera me contaras si tienen fundamento las muchas manifestaciones de protestas que se producen en toda Alemania en la actualidad por parte de los médicos y personal de salud, debido a los bajos salarios, además de la falta de medicamentos, de insumos médicos y de recortes en la energía eléctrica.

_La salud pública gratuita existe, pero la calidad ha bajado mucho en los últimos 20 años. Creímos que hoy podríamos ser atendidos mucho mejor que antes, pero ha sido peor.

“Obtener una cita con un médico puede demorar entre 3, 7 u 8 meses. Pedí una cita en abril con un especialista en cardiología, y aun no me responden, uno puede morirse antes de atenderse.

_ ¿Y eso es gratis?

_ Debemos pagar un seguro médico que puede llegar a costar 500 euros. Tenemos salud pública y privada.

“Estuve un tiempo en América Latina y tuve que sacar un seguro médico para atenderme aquí durante las vacaciones.

“Yo saqué un turno de una resonancia magnética para mi mamá y me lo dieron para 5 meses después. En la medicina privada el turno me lo dieron para el día siguiente. Llamaron para decir: tenemos una paciente privada, y enseguida me atendieron. También en las salas de espera de los consultorios, los privados pasan antes que los de medicina pública.

_ ¿Tienen aquí una atención médica por barrios, por zonas residenciales?

_ Si, esa fue una conquista de la RDA, el médico de Casa. Ahora si das con él, la atención no es ni parecida a aquella. Teníamos esos médicos, policlínicos con todas las especialidades a la mano. Ahora como hay pocos no toman pacientes nuevos, es un desastre, cada vez peor.

_ Y la educación superior hay que pagarla? ¿Existen Universidades privadas?

_Si, hay privadas. Los alumnos de las públicas deben pagar sus libros y muchos tienen que trabajar para ganarse la vida.

“Y si tienes una beca dada por el Estado, al final de la carrera debes pagarlo todo. Muchas veces pasan años pagando los estudios. No es tan fácil, habrá quien se imaginó que al final del socialismo no tendría enseñanza gratuita, pero tendría dinero para pagarla. Pero no ocurrió así.

Cathrin 30 años después, no tiene respuesta para algunos de los problemas de su país. Foto: Susana Tesoro/Cubadebate

_ Entonces, ¿Continúan las demandas de los alemanes?

_ Uff!, cada día hay más demandas. Y lo más terrible es que son muchas las personas que no ven al sistema capitalista como el culpable. Los que fuimos del Este si sabemos que hay que cambiar, siempre hay tontos que no se dan cuenta. Es que quien tiene los medios de producción tiene el poder político".

_Sientes que la calidad de vida, el nivel de vida actual, ¿está por debajo del que tenían en la RDA?

_Es diferente, pero el asunto es que muchas de las cosas a las que aspirábamos eran tonterías, he comprobado que no las necesito, no me importan, pero hay quienes quieren tener de todo y disfrutan la vanidad de mostrar lo que tienen.

“Yo, en la RDA tenía un apartamento pequeño, lindo, y vivía bien y éramos más felices”.

_ Si no tenían tantas escaseces, ¿consideras que las protestas eran por esa necesidad creciente del ser humano?

_ No es tan sencillo. Sucede que cuando la propiedad del pueblo es de todos, nadie la cuida. ¿Quién es responsable? Cuando la propiedad no es tuya no te preocupas.

“Si tienes el capitalismo al lado, pues la curiosidad aumenta, y eso influyó mucho aquí en Alemania”.

_ Existe un aspecto muy actual que no hemos abordado: la migración. Alemania está repleta de migrantes de casi todo el mundo. En tu opinión, ¿es alto el nivel de xenofobia?

_ Considero que sí. Aunque no ocurre igual en todas las regiones y creo que antes de la caída del muro era peor, porque había inseguridad y nos sentíamos amenazados por los migrantes.

“Hace poco vi un reporte transmitido por la televisión donde se comparaba a los migrantes de otros países con los antiguos residentes de la RDA.

“El primer turco con que me tropecé el día que pasé la frontera me dijo: “Ossis de mierda vuélvete a tu país”. ¿Sabes que son los Ossis?

_No

_Ossis les llaman a los alemanes de la RDA y Wessis son los de la antigua RFA.

“Ese turco me dijo eso a mí. Los alemanes del Oeste son personas de primera clase y los del Este de segunda clase y los migrantes son tercera. Nunca nos incluyeron totalmente. No hay inclusión.

“Había un turco panadero que postuló en 10 panaderías de Alemania diciendo su nombre turco y en nueve lugares fue rechazado. Volvió a postular con un nombre alemán en esos mismos negocios y fue aceptado en 5”.

_ Como sabes, Alemania es conocida como la locomotora de Europa, aún en medio de la crisis económica mundial ¿Crees que ese epíteto se mantendrá?

_ En mi familia pensamos que Estados Unidos no quiere que Alemania aumente su influencia en el mundo, y nos tiene bajo su égida, frenados. Alemania no tiene soberanía, es un títere de Estados Unidos, eso también es muy conocido.

“Después de la guerra nunca tuvimos soberanía, si EEUU ordena una cosa, la hacemos disciplinadamente”.

_ ¿El alemán nativo promedio, considera que estar bajo la manta de Estados Unidos, les beneficia?

_ No tengo esa estadística. Pero, por ejemplo, en tiempos del COVID hubo muchas restricciones, mucha falta de solidaridad, de una forma tan cruel que hasta pensamos que volvería el fascismo.

“Mi bisabuela nació en 1896 y murió en 1977, tuvo que aprender a subsistir sin electricidad, ni gas, vivió dos guerras mundiales, y contaba penurias que ni siquiera nosotros podemos imaginar.

“Este pueblo ha sufrido mucho, tenemos a Estados Unidos encima y la manipulación de los medios, pero ya eso lo habíamos visto en la RDA también, no nos engañemos, la prensa aquella decía: ‘todos los planes se cumplieron, todo está bien’ y no era así. Las publicaciones de noticias se han desacreditado mucho ellas mismas. Aquí hoy día la gente se ríe de las informaciones que se muestran por la TV y otros medios

“En el último año inventaron cosas que no tenían que ver con la realidad, la gente ya no ve los noticieros”.

_ ¿De cuál otro asunto te gustaría hablar para cerrar esta conversación?

_ Solo te digo que estoy harta del capitalismo, donde el ser humano no tiene valía, solamente importa el dinero, y eso me da mucho asco.

“Hace unos días vino al consulado de Cuba un turco enfermo de cáncer, que vive en Alemania, y un amigo le recomendó ir a Cuba y nos mostró el hospital, el tratamiento de cuatro días, con unas cuántas dosis para usarlas desde su casa, y podrá vivir con calidad por muchos años.

“Y nos dijo: ‘aquí ni una palabra de esas vacunas cubanas en los medios, con tantos anuncios banales, nada se habla de lo que está haciendo Cuba en la ciencia’. Eso es muy injusto.

“De las vacunas que hizo Cuba para enfrentar la COVID, aquí no se habla. Hasta puedo entender que por razones políticas no hablen de las Brigadas Médicas que fueron a ayudar a otros países, pero pienso que el desarrollo y las investigaciones científicas están por encima de cualquier consideración política, es beneficio para la humanidad. Es un crimen esconder nuevos medicamentos que pueden ayudar a un enfermo. Te repito: todo eso me da mucho asco”, concluyó Cathrin.

La caída del Muro fue la culminación de un largo proceso, de todo un fino trabajo de inteligencia dirigido por Estados Unidos.

Fue cierto que una multitud optimista de alemanes cruzaron la frontera abierta y cientos de personas de Alemania Occidental los esperaban para celebrar el momento histórico.

La gente sintió alegría y una feliz sensación porque algo que según pensaban nunca sucedería, ocurrió de repente, pasó de la noche a la mañana pacíficamente. Pero no para todos fue una noche de celebración. Egon Rudi Ernst Krenz, el último líder socialista de la RDA, confesó en una entrevista con la BBC que esa fue la peor noche de su vida. Dudaba que después de la reunificación, el futuro para los alemanes del Este sería mejor. Tenía razón, pues han pasado más de 30 años y aún los del Este, bajo el mismo cielo y sobre el mismo suelo de su país, son considerados ciudadanos de segunda clase.

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