Por: Anet Martínez Suárez
Este 8 de noviembre retornarán a las aulas los alumnos de sexto a onceno grado, el resto de la ETP y el Pedagógico. El 15 de noviembre les tocará a los más pequeños, de primero a quinto grado. Estos pasos hacia la normalidad no pueden hacernos descuidar de la salud colectiva y la responsabilidad individual frente a la covid-19. Sobre este tema le ofrecemos el siguiente comentario.
Este sábado transmitieron la última conferencia del doctor Francisco Durán con frecuencia diaria. Una noticia que por un lado nos muestra que la vida toma su curso hacia la normalidad, gracias a la considerable disminución de casos positivos al SARS-CoV-2, mientras que por el otro, pone en nuestras manos la voluntad de recordar y llevar a la práctica los mensajes del epidemiólogo.
Lo cierto es que Cuba vive un panorama muy distinto al de meses atrás. Las vacunas cubanas abren el camino para retomar proyectos que quedaron en pausa, sobre todo los niños y jóvenes volverán a las aulas este mes con la reanudación del curso escolar de forma presencial.
Ya regresaron los estudiantes en años terminales del preuniversitario, la Enseñanza Técnico Profesional (ETP) y la formación pedagógica, y en seguida las calles y centros educacionales cobraron vida. Este 8 de noviembre retornarán los alumnos de sexto a onceno grado, el resto de la ETP y el Pedagógico. El 15 de noviembre les tocará a los más pequeños, de primero a quinto grado.
Una madre me comentaba los deseos de que su hijo asista pronto a la escuela primaria, porque a ella le resulta muy difícil imponer la disciplina durante el tiempo de estudio en casa frente al televisor. Si bien siente un gran alivio por la reanudación de las clases, confiesa que también le preocupa que la covid-19 no ha desaparecido y teme que ocurra un rebrote.
Muchos padres expresan esta inquietud. La acelerada disminución de casos en los meses de septiembre, octubre y noviembre a la par del avance de la vacunación demuestra que los inmunógenos funcionan, pero es necesario aclarar que no previenen el contagio, la enfermedad solo pasa más leve. Por tanto, el éxito de esta etapa depende del actuar responsable de todos.
La mayoría de la población en edad pediátrica se incorpora a las actividades docentes con el esquema completo, pero que este paso no nos conduzca a confiarnos. Los expertos alertan sobre la necesidad de mantener con rigor las medidas higiénicas ya conocidas como el uso del nasobuco, el distanciamiento físico, la desinfección constante de las manos y las superficies, todo un reto para el sistema de Educación, de Salud y para la familia.
Ese apego a las normas sanitarias debe comenzar por el hogar. La familia tiene que ser la primera en dar el ejemplo a la hora de cuidar la higiene, le corresponde conversar con los niños y adolescentes sobre la importancia de mantener los protocolos, además de ayudar a la escuela en el cumplimiento de esas disposiciones, lo cual constituye ya una costumbre.
A veces ante determinada expectativa, corremos el riesgo de quedar de brazos cruzados y perdemos tiempo de crear hábitos. Chequear los medios de protección que los menores llevan en la mochila, velar por el adecuado empleo de la mascarilla en la calle o preguntar a su regreso cómo se protegieron del coronavirus, pueden ser acciones muy útiles que refuerzan la disciplina.
Por otro lado, el personal de las instituciones educativas desempeña un rol decisivo en la prevención de posibles contagios. Profesores y auxiliares preparan condiciones para el día de la arrancada. En este sentido es preciso enfocar la mirada hacia la organización de los procesos, de forma tal que conduzca al cumplimiento de las medidas higiénicas, el pesquisaje diario, así como la prohibición del acceso a personas ajenas al centro.
Mediante recorridos realizados, un equipo del Ministerio de Educación evalúa los preparativos y traza el camino a seguir, sin embargo no basta con estar listos solo para la visita. Varios usuarios han alertado sobre el uso incorrecto del nasobuco por parte de trabajadores en algunos centros, incluso antes de abrir sus puertas. Entonces, será imprescindible fortalecer las inspecciones sanitarias.
Aunque cada lunes se emite un resumen de la situación epidemiológica con los consejos del doctor Durán, el llamado de alerta sigue presente cada día. Se trata de comprender que nos encontramos en una etapa que exige mayor responsabilidad individual, y de esta depende la salud colectiva. La participación de todos en este proceso no solo garantizará un buen comienzo, sino una estabilidad en su marcha.