No nos dábamos cuenta que habíamos contado de alguna manera conque no nos faltases, / como si todos pudieran faltar menos tus ojos leales aguardando la señal del amigo; / por eso mucho antes que el temor, mucho antes que la pena, nos recorrió la extrañeza / de que fueras tú el elegido para abandonarnos primero.
Son los versos de Fina García Marruz a los que siempre regreso en octubre…. Es una repetición que cada año parece nueva, como si redescubriera las palabras suyas y comprendiera que nadie mejor describió aquella extrañeza ante la desaparición física de Camilo. Y es que justamente cuando ya se había vencido a la dictadura, parecía que nada tocaría a nuestros héroes, que estarían invencibles y resurrectos en el camino de la Revolución. Y fue ante aquella noticia desconcertante, ante aquella búsqueda desesperada que estremeció a un país, que cada cubano inició su viaje hacia el héroe de la sonrisa lindísima, al flaco melenudo de Lawton que retaba a la muerte y aquel jefe leal a Fidel hasta el último de sus minutos.