Para aquellos que desde afuera, amigos o enemigos, ven con asombro a la Revolución Cubana celebrar por estos días su 65 cumpleaños, a pesar de la saña feroz del bloqueo y otros disparos a matar de los odiadores, el argumento con nuestra razón es sencillo.
Como dirían los súbditos del César de la antigua Roma: ¡Salve César!
En esta crónica nos referiremos a un personaje casi mitológico que desandó esta ciudad hace más de medio siglo.