A pocos metros del río San Juan, en el popular Paseo Narváez de Matanzas, un pequeño local atrae a los que buscan ese rato de café o té y tranquilidad entre el bullicio de bares y restaurantes. En la galería café Por amor al arte cada detalle y obra armoniza con la música y el aroma del incienso.

En entrevista para TV Yumurí conversamos con los jóvenes arquitectos Wendy Pérez Lora y Rubier Bernabeu García, creadores de este proyecto poco común en la Atenas de Cuba, quienes unieron su profesión y el arte a un campo no explorado por ellos hasta el momento: la gastronomía.

Ambos artistas son los creadores de Contrahuella, proyecto de intervención urbana desarrollado a partir del diseño de nueve escaleras, distribuidas por las orillas del río San Juan.

El local donde hoy funciona Por amor al arte era uno de los almacenes donde floreció el comercio en Matanzas durante el siglo XIX y que llegó a nuestras décadas con avanzados niveles de destrucción. Wendy y Rubier conocieron del espacio como especialistas de la Oficina del Conservador de la Ciudad, y desde entonces pulieron cada rincón hasta culminar uno de los proyectos más populares de la urbe yumurina, hoy merecedor de varios reconocimientos como la primera Mención del XII Salón Nacional de Arquitectura y Urbanismo.

«Cuando llegamos el lugar se encontraba abandonado y como conocíamos las características arquitectónicas nos dimos a la tarea de rescatar todos los valores que aún preservaba, aplicamos tratamiento a los muros y dejamos a la vista los arcos dobles. También buscamos y compramos por toda la ciudad lozas y ladrillos del siglo XIX para el suelo y los muros», relata Rubier.

 

«Habíamos hecho proyectos para muchas personas de dentro y fuera del país, pero nunca para nosotros, y queríamos un espacio de trabajo y estudio, con libros, con tomacorrientes en las mesas para las laptops y celulares. Entonces surgió la primera idea de hacer un estudio galería, pero nunca pensamos en el tema gastronómico. Entonces nos dijeron que teníamos que brindar servicios y aunque no estaba en nuestra formación dijimos: ¿por qué no?», señala Wendy.

Cuentan sus iniciadores que Por amor al arte funciona como un emprendimiento creativo, donde los visitantes pueden acceder a un área de estudio, recibir servicios gastronómicos, disfrutar de la arquitectura y el diseño y unirlo todo como un producto artístico final.

«Todo fue diseñado muy al detalle, tarea difícil, pues había un tema para cada momento del espacio, con el objetivo de que el visitante mire para un lugar y siempre capte algo distinto. Queríamos que fuera moderno, de síntesis, con un valor interactivo», agregan.

¿Cómo fue el proceso de establecer el negocio y emprender los primeros pasos en cuestiones económicas?

«Llevar un negocio es complicado. Cuando nos planteamos que debíamos tener un servicio lo primero fue analizar las dimensiones del lugar y pensamos en el café y el té, presentes en espacios característicos de Matanzas que se habían perdido. Estudiamos sobre el tema, contratamos un personal preparado con buenas maneras y educación formal. Aprendimos en videos de Youtube y leímos bibliografía sobre la preparación de los diferentes productos, al punto de que todo lo que se oferta aquí nosotros sabemos prepararlo. Nos enamoró esta experiencia, dimos un giro de 180 grados», comenta Wendy.

 

 

«Desde la preparación de un café expreso, que es lo más sencillo, hasta un café especial Por amor al arte, tratamos de hacerlo con el mismo detalle y mesura con el que podemos elaborar un trabajo arquitectónico o un proyecto de diseño», agrega Rubier.

 

 

«La parte económica es una cuestión donde estamos constantemente actualizándonos. Al principio solo teníamos las nociones de economía y contabilidad básicas que se aprenden en la escuela. Nos asesoraron gestores para los trámites con la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT), el pago de impuestos, la contratación de fuerza de trabajo, los salarios y el costo de los insumos, lo que cada vez es más complicado. Hay muy poca bibliografía cubana para este tipo de emprendimiento, necesario en este escenario complejo donde los precios todos los días cambian y casi no hay productos», apunta Wendy.

¿Cómo mantienen el emprendimiento a pesar de la compleja situación económica y sanitaria del país?

«Es complicado, porque han sido cambios fuertes en la historia de un país, en lo económico, político, social y sanitario. Estamos en medio de un escenario en vivo y evolutivo con nuevas legislaciones, nuevas regulaciones acordes con la situación de la nación. Hemos tratado de mantener el servicio a la población hasta donde se ha podido.

Como líderes de este equipo de trabajo también tenemos personal que necesita del salario, entonces en vez de prescindir de ellos ajustamos los turnos para que todos pudieran laborar. Siempre quisimos  dejar la posibilidad al cliente de que cuando deseara bajar a Narváez a tomarse un café iba a tener nuestro servicio a su disposición», comentan Rubier y Wendy.

La galería café Por amor al arte ha funcionado como escenario para la obra de  artistas matanceros, como la muestra de arte erótico natural Intrépidos labios, del fotógrafo Ernesto Millán .

La experiencia más abarcadora fue la exposición Deskarga después de la XIII Bienal de La Habana en  Matanzas, Ríos Intermitentes, con la participación de más de una veintena de creadores yumurinos. En marzo del 2020 el proyecto también fue sede de Ediciones Aldabón y la Asociación Hermanos Saíz durante la Feria Internacional del Libro 2020 en la Ciudad de los Puentes.

Los emprendimiento creativos en Matanzas aún constituyen una asignatura pendiente para la economía de la provincia; pocos son los creadores que como Wendy y Rubier se arriesgan a fundar iniciativas tan necesarias para el desarrollo local.

«La Habana lleva la vanguardia en este tipo de cuestiones, cuando aquí era una utopía la capital ya tenía varios ejemplos de emprendimientos creativos. Hacerlos en Matanzas es un reto con una visión diferente: mostrar qué quieres lograr con una identidad y un producto novedoso siempre es raro para un contexto donde un bar o un restaurante es lo más común. Al principio algunos nos cuestionaban el hecho de vender té y café. Hay ser creativos e ingeniosos porque para lograr algo que no tiene antecedentes de estudios ni materias necesarias para crearlas», señala Rubier.

¿Tienen algún nuevo proyecto entre manos?

Para estos jóvenes artistas quedan iniciativas por emprender desde su local en el Paseo Narváez. Así lo afirma Rubier: «Nos gustaría tener  proyectos con el otro lado del San Juan donde se encuentran las casas de pescadores. Buscamos desde la arquitectura poder visualizar y potenciar esos espacios en los que se puede intervenir. Son ideas que deseamos potenciar desde la parte creativa. La arquitectura crea sensaciones, el diseño también, y eso es lo que nosotros tratamos de ofrecer desde el espacio Por amor al arte y hacia Matanzas».

*TV Yumurí