En Matanzas existen muchas familias interesadas en acompañar y adoptar a los menores que viven en hogares de niños sin amparo familiar.
Los menores en este caso tendrán derecho a disfrutar de vínculos afectivos con familias solidarias, según lo planteado por el Proyecto de Ley Código de las Familias sobre la filiación adoptiva.
El director del Hogar de niños sin amparo familiar de la ciudad cabecera provincial, Felipe Santiago Hernández Sánchez, aclaró que para que las familias puedan optar por esta condición deben tener requisitos excepcionales, como una situación económica favorable, actitud social adecuada y sobre todo vivir en un ambiente doméstico agradable.
La personas interesadas en convertirse en familias solidarias pueden tener fines adoptivos, o de participar y contribuir con la educación de los menores.
“Las familias solidarias deben velar por la tranquilidad y seguridad emocional de los infantes, algunos de ellos con muchos años de convivencia con otros niños en hogares de acogida.
«Al estar tanto tiempo en estas instituciones puede ocurrir un deterioro en la salud psicológica de los pequeños, y en este sentido las familias solidarias ayudan a disminuir dicha afectación. Está demostrado que después de convivir con estas familias, antiguamente conocidas como sustitutas, los niños regresan más tranquilos y sociables al hogar”, agregó Hernández Sánchez
El proceso de adopción de un menor se inicia desde que a los padres se les retira la responsabilidad parental, conocida hasta ahora como patria potestad.
“No todos los niños que viven en nuestros hogares pueden ser adoptados, ya que algunos están aquí por periodos transitorios. Esto ocurre si los padres cumplen una sanción penal, presentan alguna enfermedad que los incapacite o cualquier otra situación que los aleje de sus hijos”, expresó el director de la entidad.
Luego de una investigación que certifica que la familia cumple con los requisitos necesarios para acoger a un menor por esta vía, se conforma un expediente que es enviado a los tribunales.
“Estoy muy feliz con las familias solidarias que tenemos hoy, que son muchísimas. Actualmente dos niñas están en proceso de adopción. Ambos casos me regocijan, ya que vivo seguro de que estas pequeñas disfrutarán del amor en un hogar integrado por personas preparadas, cariñosas y dispuestas a protegerlas”, agregó el directivo del centro.
La adopción es plena, indivisible e irrevocable una vez que se autoriza de manera judicial, según señala el proyecto de Código de las Familias cubanas.
Lisbeth Marrero Roque/Estudiante
