Ante la poca disponibilidad de cajeros automáticos en el país, se adoptó implementar la caja extra, un proceso a través del cual se puede obtener dinero de manera fácil y rápida en algunos establecimientos comerciales.

Desde finales del año pasado, el Banco de Crédito y Comercio, el Grupo Empresarial de Comercio y la Empresa Xetid comenzaron a trabajar en Matanzas. Las 12 prestaciones de este tipo logradas en diciembre aumentaron a 34 hasta el cierre de marzo último. No obstante, existen 155 listas para funcionar; en tanto, otras 31 esperan por su aprobación en la capital.

Aun cuando se trata de un servicio de reciente creación, no se justifica que en todo un trimestre se hayan ejecutado solo 206 operaciones, con un monto de 148 197,90 pesos. De ahí que este equipo de Girón indagara sobre su efectividad, aceptación, aciertos y desaciertos.

¿FUNCIONA LA CAJA EXTRA?

Un recorrido por varios de los establecimientos certificados deja entrever que todavía queda camino por andar y cuestiones a perfeccionar. En el restaurante Pekín, de la ciudad de Matanzas, desde que inició dicha prestación en el mes de febrero se colocó la pancarta en el salón.

“Podemos darle a cada cliente hasta mil pesos, siempre y cuando tenga la tarjeta habilitada. Escaneamos el código QR, efectuamos la transferencia hacia la cuenta y le entregamos el efectivo. Nosotros ganamos una utilidad del 10 %, pero los clientes no tienen el hábito de extraer dinero de esa forma. Hasta el momento  hemos realizado una sola operación”, explica Alexander Ponce Chirino, económico de la entidad.

Sin embargo, no es tan simple como parece. El hecho de que el dinero en efectivo a entregar al usuario proceda de los ingresos generados por las ventas diarias complejiza el procedimiento en algunos sitios, que no disponen de respaldo para ello, en determinados horarios o, incluso, durante el día.

Añade el económico que “puede ser que la venta sea mala y levante en el horario de la tarde, si vienen en la mañana no tendremos para darles. El cajero solo dispone de 700 pesos de fondo que no deben cogerse para esos fines”.

A una cuadras de allí, en la calle Río, se encuentra la bodega El Águila, otro de los centros elegidos para tales fines. Su administrador, Reynold Aguilar Rico, explica que en estos momentos el establecimiento no dispone de las condiciones mínimas por encontrarse en reparación. “No puedo tener a las personas entrando y saliendo cuando aquí dentro se desarrollan labores constructivas”.

En La Piloto, ubicada en la calzada de Tirry, su administradora Olga González González alega que aunque puso un anuncio en la puerta, el cual arrancaron, nadie se ha interesado por la iniciativa.

Señalan los entrevistados que conspira contra el buen funcionamiento de la caja extra el hecho de que sus clientes asiduos sean personas de la tercera edad, que no poseen tarjetas magnéticas o se muestran recelosos ante la alternativa. También el desconocimiento de esta oportunidad hace que sea casi nulo su aprovechamiento.

CIFRAS QUE HABLAN

De acuerdo con el reglamento publicado en la Gaceta Oficial No. 106 ordinaria, del 24 de septiembre de 2021, la caja extra tiene como objetivos contar con nuevos puntos de acceso a los servicios financieros, ofrecer una alternativa para la extracción de dinero en efectivo en el mismo lugar donde realiza la compra de bienes o pagos de servicios, y disminuir los costos asociados a la transportación, manipulación y custodia de dinero en efectivo.

En varias bodegas, farmacias, mercados agropecuarios, restaurantes y combinados habilitados, considerados por las normas como agentes corresponsales, los matanceros pueden extraer hasta un monto de mil pesos por día. En opinión de Carlos Vázquez Zamora, delegado del Ministerio de las Comunicaciones en la provincia, se trata de un mecanismo ventajoso para las unidades.

“Aquellas entidades que dispongan de él reciben del banco cinco por cada mil pesos, más otro adicional por cada operación, o sea, seis pesos en total. En estos momentos, hay empresas abogando porque esa ganancia se entregue a quien ejecute la prestación en aras de estimular que sea el primer interesado en que las personas acudan a ella”.

Como en todo lo nuevo, no ha faltado resistencia, incluso de organismos como la OBE, que se niegan a su implementación, alegando no contar con efectivo suficiente para esa transacción. Otros, en cambio, muestran pasos de avance. En este último grupo figuran la bodega Los Combatientes, en la cabecera provincial; Vista del mar, en Boca de Camarioca;  y el Mercado Ideal, en Los Arabos.

La primera de ellas sumaba hasta el 29 de marzo 143 operaciones; la segunda, 43; y la tercera 20. De las otras 31, una veintena solo había realizado una, seis tenían entre dos y seis; y las restantes, ninguna. Cifras incomprensibles si se tiene en cuenta que Matanzas dispone de la escasa cantidad de 40 cajeros automáticos.

Para Bárbaro Hurtado de Mendoza, director de desarrollo en el Grupo Empresarial de Comercio (GEC), este servicio suple las necesidades de cajeros automáticos, sobre todo en los municipios en los que no existe ninguno. Allí, de forma estratégica, se han habilitado bodegas que facilitan la extracción de efectivo a los habitantes. Especifica el directivo que existen zonas de silencio, donde es casi nula la conectividad y se intenta solventar esta deficiencia mediante el empleo del Transfermóvil.

Hasta el pasado 13 de abril, las 115 entidades subordinadas al GEC, en las que se encuentra implementada la caja extra, habían expedido la cifra de 155 000 pesos por dicha vía.

“La mayoría se ha ubicado en las bodegas, pues al expender la canasta básica disponen de una gran cantidad de efectivo en sus cajas. En todos los municipios hay al menos una. Se inició por las consideradas de excelencia y por aquellas con más venta a través del código QR”, añade.

Manifiesta, además, que quienes laboran en estas instituciones han recibido la capacitación necesaria por parte de Bandec para operar y, en la medida en que se habiliten más unidades, se reforzará la preparación. 

Sin dudas, la caja extra resulta una prestación necesaria en tiempos en que se incrementa el uso de las tarjetas magnéticas en la población matancera, no así el número de cajeros automáticos.

En Matanzas, aunque se dan los primeros pasos, es vital la divulgación y el análisis con mayor rigor de las entidades que reúnen los requisitos para ponerla en práctica. (Por: Miriam Velázquez Rodríguez y Jessica Acevedo Alfonso)