
Hay noticias que desarman hasta arrebatar el aliento. Por más que se intente apaciguar el dolor, el golpe permanecerá ahí, hiriente, penetrante, como la muerte. Para un artista siempre resultará más fácil inspirarse y describir momentos apacibles de la vida, que esos otros que laceran el alma, aunque al final también consigan regalar a la posteridad obras sobrecogedoras y trascendentales. Quizás por ello a José Manuel Díaz Herrera le costó tanto culminar una pieza que en otras circunstancias le hubiera tomado apenas tres días.