-Abá: Vamos a buscar a mamá. Se levantó en la mañana de hoy resuelto, decidido a ir en busca de mami, porque hace dos noches no duerme pegadito al pecho que fue su alimento y es su cobija desde el día en que nació.
-Mamá está bien mi amor. Trabajando. Lo tranquilizo en la videollamada tres o cuatro veces cuando podemos acercarnos a través de la pantalla, que es la caricia más cercana. En cada contemplación va el beso, el abrazote y el amor infinito.
Abá, no es una entre tantas superabuelas que se queda en la retarguardia velando por el cuidado de los nietos. Abá es la mejor superabuela para mi tesoro Caleb, mientras mami en la distancia palpita por estrecharlo de nuevo. Cuando lo tenga entre mis brazos otra vez no lo voy a soltar ni por un segundo.
Respirar lejos de él, es sentir que me asfixio. Quiero respirar siempre junto a él, porque por él respiro.
Es la primera vez que Caleb se separa por tantos días de mami, pero es por un bien mayor, lo sé, lo entiendo y acepto. Protegerlo y a todos los que amo es nuestra prioridad.
Pero las cosas no siempre son como queremos. Ni tan ágiles, ni tan seguras como nos prometieron.
Aguardaremos no obstante, para que el dichoso hisopito escudriñe en nuestras fosas nasales y el resultado negativo llegue lo antes posible.
Necesito sus besos y sus manitas en mi piel para poder vivir, porque por él vivo.
