Varias décadas atrás se paraba un hombre de traje en la calzada de Tirry –de espaldas a la dulcería La Francesa y frente a la Casa Municipal de Cultura Bonifacio Byrne–, cuya peculiaridad era mantener extendida su mano izquierda con la palma hacia arriba, y el brazo derecho doblado, con el puño cerrado, exceptuando el dedo mayor de todos, que lo mantenía tieso, inamovible.

Hace 108 años, el 19 de agosto de 1815, falleció en La Habana el eminente médico e investigador cubano Juan Carlos Finlay y Barrés, más conocido como Carlos J. Finlay, pues de esa manera estampaba su firma en todas partes este gran benefactor de la humanidad.

El descubridor indiscutible y probado del agente transmisor de la fiebre amarilla (la hembra del mosquito Aedes agypti), había nacido en la ciudad de Camagüey, hijo de padre escocés y madre francesa, el 3 de diciembre de 1833.

Este 17 de agosto los cubanos entonarán con más vehemencia y amor el canto patrio en homenaje a Pedro Felipe Figueredo Cisneros, el inefable Perucho Figueredo, muerto por fusilamiento en Santiago de Cuba, en 1870 y un día como ese, de los albores de la primera campaña independentista.

Desde siempre la gloria le pertenece al ser el autor del Himno Nacional, el cual creó vinculado desde la médula al proceso emancipador cubano, del cual fue una de las figuras principales junto al iniciador Carlos Manuel de Céspedes, en los preparativos de lo que sería la Guerra de los 10 Años.

Sentado en uno de los butacones preferidos de su casa –uno ubicado muy cerca de las fotos de Fidel y de Raúl que, junto a las condecoraciones y diplomas obtenidos a lo largo de su vida, engalanan de historia su sala– al Héroe de la República de Cuba, coronel (r) Fidencio González Peraza le vienen en tropel a la memoria, los pasajes de aquella porción recóndita de suelo angolano. Allí, por ocho días, 82 cubanos y más de 800 combatientes de las Fapla derrocharon coraje y resistencia indescriptibles para vencer a la poderosa ofensiva enemiga.

Promover un espacio académico, teórico y metodológico que permita dialogar y planificar estrategias de trabajo vinculadas a la protección y divulgación del patrimonio arqueológico, forma parte de los objetivos del Primer Congreso Cubano de Arqueología Histórica, previsto a desarrollarse en Matanzas en el venidero mes de noviembre.