Un mezclador de sustancias se incorporó este martes a los fondos del Museo Farmacéutico de Matanzas, donado por Ernesto Triolet Estorino, descendiente directo de los fundadores de la otrora Botica Francesa de esta ciudad, Monumento Nacional.

Triolet Estorino explicó a la Agencia Cubana de Noticias que la pieza conservada por su familia, constituye una varilla de cristal que se empleaba para la conformación de fórmulas, por ejemplo para ayudar a disolver preparados comunes como agua con bicarbonato.

Marcia Brito, directora del Museo, precisó que la institución, con amplios fondos relacionados con la farmacología, todos muy atractivos para los visitantes, no contaba con una pieza similar, elemento que desde hoy se integra a la exposición de utensilios.

Acompañado por el nieto Yonan Saulius Temes Triolet, este martes llegó nuevamente el descendiente de los fundadores de la otrora Botica Francesa como participante de El Matancero Ausente, tradicional actividad que reúne a hijos de esta urbe y sus familiares, orgullosos de sus raíces aunque ya no residan en la llamada Atenas de Cuba.

Siempre estuve enamorado de Matanzas, sigo enamorado de ella, uno se emociona cuando llega y ve la bahía -resaltó Triolet Estorino, quien reside en La Habana-, y el Museo es una gloria de Marcia, que ha logrado mantenerlo como el último día que funcionó la Botica. Mi familia la había preservado hasta el último día que funcionó como el día que se fundó y por carácter transitivo Marcia la mantiene como el primer día.

El Museo Farmacéutico de Matanzas constituye, según Brito, el único de su tipo en el mundo que conserva original y completa una Botica Francesa de finales del siglo XIX; la institución que resalta como joya arquitectónica, cultural y patrimonial, contribuye a la celebración de los 330 años de esta ciudad fundada el 12 de octubre de 1693.