No solo por el mero hecho de comenzar este 4 de septiembre resulta nuevo este curso escolar. Son múltiples las razones que le confieren un carácter inédito a este naciente período lectivo, en el cual concluirá el tránsito de la educación emergente que pudimos tener durante y después de la COVID-19, al normal desenvolvimiento del tiempo de clases que teníamos antes de la pandemia.

Antes, hablo de hace 20 años atrás, cuando yo iba a la escuela, el inicio del curso escolar no suponía una preocupación mayor para los padres. Bastaba con tener en qué llevar los libros, el uniforme, los zapatos colegiales, la jabita plástica, unos pomos reciclados, algo de merienda y ¡listo! Lo importante era ir limpios y sacar buenas notas.