Atenas Brass Ensamble, el quinteto matancero de instrumentos de viento metal, planea su regreso a los escenarios tras una pausa ocasionada por la salida de dos de sus integrantes.

Su actual director Dairon Alberto Jiménez y otros miembros de la agrupación anunciaron estos cambios en conferencia de prensa ofrecida en la sede de la casa de la Memoria Escénica, hablaron sobre la evolución del repertorio y las conexiones con anterior etapa del colectivo fundado por Rodolfo Jorge Horta.

Atenas Brass Ensamble, el quinteto matancero de instrumentos de viento metal, planea su regreso a los escenarios tras una pausa ocasionada por la salida de dos de sus integrantes.

Su actual director Dairon Alberto Jiménez y otros miembros de la agrupación anunciaron estos cambios en conferencia de prensa ofrecida en la sede de la casa de la Memoria Escénica, hablaron sobre la evolución del repertorio y las conexiones con anterior etapa del colectivo fundado por Rodolfo Jorge Horta.

“La esencia sigue siendo la misma, combinar la música clásica y cubana con el sketch y el performance. No somos músicos pasivos que se paran tras un atril, queremos transmitir con nuestro desenvolvimiento escénico tanto como con la melodía», aseveró el joven trombonista.

Hace apenas unos días se volvieron tendencia en Twitter las palabras Ecumene Aztec. El motivo era un debate alrededor del anuncio del desarrollo de un videojuego ambientado en el período de la conquista española en el actual México. 

La obra, a cargo del estudio polaco Giantscraft Games, nos propone asumir el rol de un guerrero azteca que pelea solo una especie de guerra de guerrillas usando todas las herramientas a su alcance para diezmar las fuerzas españolas y liberar a sus compatriotas. Para los conocedores de los videojuegos,

Por: Dra. C Eloísa M. Carreras Varona

Armando Hart, el máximo responsable del Movimiento 26 de Julio en presidio. Foto: Archivo del autor

Si me dieran a escoger cuál es la mejor época en que vivir,

diría que es esta que estamos viviendo,

esa en la que nuestro pueblo se ha erguido

en la defensa de los ideales más altos de la historia de la humanidad.[1]

El fotógrafo, cámara en mano, se acerca a los transeúntes. Uno de ellos sonríe, parece reconocerlo. Su acompañante se detiene, dubitativa. «Hola, ¿les puedo hacer una foto?», se lanza el fotógrafo, y al instante agrega: «Es para unos reels que yo hago, fotografiando personas por la calle». «Sí, sí, yo te sigo», responde el primer transeúnte, sin parar de sonreír: «Dale, ¡que salgamos lindos!».