“Soy una sombra de lo que un día fui”, enuncia el personaje que interpreta la  actriz Liliana Lam, mientras interpela al proscenio con una mirada entre la desesperación y la impotencia. Desde ese momento, nosotros, el público congregado en Teatro Sauto la tarde de este domingo 24 de marzo, supimos que no tendríamos más remedio que acompañarla en esa suerte viaje del amor al dolor, que propone la puesta en escena de Habibi

Hace apenas 24 horas el Icaic (Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica) cumplió su aniversario 65. Gloria para la cinematografía cubana que, con limitados recursos técnicos, pero también con mucho empeño y creatividad, ha sabido superarse ante los obstáculos materiales y brindar a los cinéfilos obras que han impactado favorablemente en el gusto popular, ya sean dramas, comedias,  aventuras.

«Pidiera a la gente que llegue con una mirada muy desprejuiciada y sosegada, que dialogue en paz, por más que las piezas le parezcan perturbadoras. En esta exposición saco los demonios que cada uno tiene dentro y los pongo afuera; también las fantasías, que no tengo pena de mostrar, y que todos compartimos como seres humanos con un mundo interior. Ojalá la muestra sirva para reírnos un poco de eso y aceptarnos».

Compañía teatral Apsara. Foto tomada del perfil de Facebook de la Embajada de Suiza en Cuba

La compañía teatral suiza Apsara, dirigida por Silvia Barreiro, presenta su obra titulada Habibi, el sábado 23 de marzo y el domingo 24 a las cuatro de la tarde, en el Teatro Sauto de la Ciudad de Matanzas.

Esta pieza, concebida en 2021 a través de talles de improvisación y experimentación teatral, trata la temática del miedo como eje de la violencia de género. La sinopsis refleja la esencia de lo femenino sometido a los designios de un mundo machista: “Una mujer como muchas otras mujeres.

Libro: trillos / precipicios / concurrencias del poeta Alfredo Zaldívar

Desde que el primero de nuestros antepasados emprendió el viaje hacia la conquista de otros territorios que habitar, la búsqueda se convirtió en una constante intrínseca del ser. El nombre homo sapiens (hombre inteligente – ser que piensa) pudiera leerse también como homo quaer (raíz latina, morfema para indicar pregunta – ser que busca). La búsqueda ya sea de un lugar, de un objeto, de una pasión, de otra persona, o de nosotros mismos marca los designios de la vida humana. 

El teatro que hacemos para niños y jóvenes no puede perder el carácter sensible del alma acompañado de la solidaridad humana, aseguró René Fernández Santana, director de Teatro Papalote y eterno soñador a sus casi ocho décadas de vida.

Los infantes son seres creadores y su inquieto sentido de la fantasía debe ser prioridad del arte, enfatizó el formador de generaciones de gestores culturales y Premio Nacional de Teatro.